“El legado de Tenochtitlan vive en la resistencia silenciosa de los pueblos”

El legado de Tenochtitlan vive en la resistencia silenciosa de los pueblos
▲ Adelfo Regino, director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas; la jefa de Gobierno de la capital, Clara Brugada; el general Ricardo Trevilla, secretario de Defensa Nacional; la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su esposo, Jesús María Tarriba; el almirante Raymundo Pedro Morales, secretario de Marina y alto mando de la Armada de México; Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, y Rita María Romero, invitada especial del Consejo Nacional de Pueblos Indígenas, durante la develación del Teocalli de la Guerra Sagrada.Foto Jair Cabrera Torres
Ángel Vargas y Alma E. Muñoz
Periódico La JornadaDomingo 27 de julio de 2025, p. 2
Al encabezar la ceremonia de los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo insistió ayer en que la Cuarta Transformación no sólo es un proyecto económico o político; es, sobre todo, un proyecto de dignidad, que reconoce que no puede haber justicia verdadera si no empezamos por saldar la deuda histórica con los pueblos indígenas
.
Ante los aplausos de los cientos de invitados en las gradas ubicadas en torno a la plancha del Zócalo, aseguró que no puede haber democracia si se excluye la voz de quienes llevan siglos resistiendo
. Tampoco puede haber identidad nacional, agregó, sin reconocer ni dar su lugar al profundo y orgulloso rostro indígena de México, su esencia y su grandeza cultural
.
Señaló que si la discriminación quiso marcar la historia, tal acción fue aún más dura, más profunda y más sistemática cuando se dirigió a las mujeres indígenas: A ellas no sólo se les negó el poder político o económico, sino el derecho a hablar su lengua, a proteger su cuerpo, a ser reconocidas como personas, con historia y con derechos
.
Según la mandataria, la estructura colonial no desapareció con la Independencia, sino que persistió en las formas de poder, en el racismo, en la exclusión de los pueblos originarios, en la marginación que aún viven millones de mexicanos.
Se reveló en diferentes momentos de la historia, en especial durante la Revolución Mexicana, pero prevaleció después por muchos años, en especial durante todo el periodo neoliberal.
Sin embargo, resaltó la Presidenta, el legado de Tenochtitlan no fue vencido: vive en la resistencia silenciosa de los pueblos, en la lengua náhuatl que aún se habla, en el maíz que se sigue sembrando, en la medicina tradicional, en los rituales, en los nombres de nuestros cerros, nuestros ríos, nuestras calles, nuestros pueblos; en el nombre de nuestra patria: México
.
A decir de Sheinbaum Pardo, reconocer a Tenochtitlan no es hablar de un pasado muerto
, sino de un pulso vivo que navega con nuestra ciudad capital, pero también en nuestras palabras, nuestra comida, nuestras costumbres y, sobre todo, nuestra grandeza cultural y nuestra identidad
.
Afirmó que la antigua capital mexica fue mucho más que una ciudad majestuosa, al tratarse de un símbolo de organización, de poder, de ciencia, de arte y de visión: Fue el centro de un mundo indígena que supo construir un modelo de civilización propio, en armonía con la tierra, con los astros, con sus dioses y diosas.
Denominada México-Tenochtitlan: Siete siglos del legado de grandeza, la ceremonia incluyó la develación de un memorial alusivo a la efeméride en el ángulo norte de la Plaza de la Constitución, en la esquina de Palacio Nacional con la calle de Moneda.
La parte central de ese monumento está coronada por la reproducción del Teocalli de la Guerra Sagrada, monolito de origen prehispánico en cuyo frente se encuentra el año dos casa mexica (1325, en el calendario occidental), y en cuyo dorsal aparece labrada la imagen del águila sobre un nopal devorando una serpiente, la señal dada a los mexicas por sus deidades para fundar allí su ciudad.
Al concluir los discursos oficiales, un grupo de más de 800 elementos del Ejército y las fuerzas armadas efectuaron una representación escénica de la fundación de la gran Tenochtitlan, desde la salida de los mexicas de la mítica Aztlán, lugar de las garzas, hasta los años del peregrinaje que realizaron para encontrar el islote con la señal dada por su dios Huitzilopochtli para determinar el sitio de su asentamiento.
Fue un espectáculo de media hora en la que de la mano de la música, las danzas, la proyección en video y efectos especiales, como humo y lluvia de papeles de colores se relató esa epopeya histórica.
Antes, en su intervención, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, calificó esta jornada de día glorioso
, y asentó que en esta antigua urbe floreció y se construyó una de las culturas más grandes y asombrosas del mundo antiguo.
La ciudad que construyeron fue prodigio de ingeniería, de organización, de arte y dominio. Quienes la vieron en su apogeo quedaron maravillados. Sus calzadas flotantes, sus templos que tocaban el cielo, sus chinampas fértiles, sus mercados rebosantes, nunca han vuelto a verse, por eso la gloria de Tenochtitan sigue intacta
.
No hay una historia de bronce inamovible
Entre otros funcionarios del gabinete oficial y ampliado, arribaron al primer cuadro capitalino el nuevo director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Joel Omar Vázquez Herrera, y el titular de la recién creada Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad de la Secretaria de Cultura federal, Diego Prieto Hernández.
La importancia de este acto conmemorativo es el precedente de lo que nos puede dar identidad y de lo que somos el día de hoy como mexicanos
, sostuvo el titular del INAH.
Respecto de las celebraciones hace cuatro años, efectuadas en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Diego Prieto rechazó que se esté falseando la historia, como han afirmado algunos historiadores y especialistas.
No hay una historia de bronce inamovible
, sostuvo. “Lo importante, más que irnos a detalles –que deben analizarse y discutirse–, es el sentido profundo de una celebración como ésta, de la fortaleza y la grandeza de lo que fue esta capital prehispánica, porque, como dicen los cantares, mientras exista el mundo, no perecerá la gloria ni la fama de México-Tenochtitlan.”
Para el escritor e historiador Paco Ignacio Taibo II, no hay motivo de controversia sobre si el año de la fundación de México-Tenochtitlan fue 1321 o 1325.
El sentido era claro: celebrar una ciudad extraordinariamente longeva, pero, sobre todo, plantear un problema muy sencillo: que esta ciudad se hizo en la lucha social
, aseveró.
Urbe de herencia viva

▲ El Gobierno de la República Mexicana conmemoró ayer 700 años de la fundación mítica de México-Tenochtitlan con la develación de un memorial alusivo a la efeméride y una representación escénica en la que 838 elementos del Ejército y de las fuerzas armadas recrearon la fundación de la gran urbe. Un recorrido que abarcó desde la salida de los mexicas de Aztlán, lugar de las garzas, hasta los años del peregrinaje que realizaron para encontrar el islote con la señal dada por su dios Huitzilopochtli para determinar el sitio donde asentarse: un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente. Fue un espectáculo de media hora en la que, a la par de música, danzas, video y efectos especiales, se relató ese episodio histórico.Foto Jair Cabrera Torres
Periódico La JornadaDomingo 27 de julio de 2025, p. 3
jornada